Trastornos alimenticios, un mal de nuestro siglo

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Trastornos alimenticios - Unsplash Helena Lopes

Las ricas sociedades occidentales de la segunda mitad del siglo XX y del XXI arrastran algunos problemas de comportamiento mental en grupos de población. Los trastornos alimenticios o trastornos de la conducta alimenticia y de la ingesta de alimentos son uno de ellos.

Cualquiera que haya conocido un caso de este tipo, ya sea en la familia o en amigos, sabe de la complejidad de estos comportamientos, que tienen una base psicológica. La presión social, los estereotipos forzados de algunos modelos sociales o la influencia de las redes sociales, son algunos factores que han contribuido a agravar esta situación.

¿Quién decide lo que es un trastorno alimenticio?

Puesto que hablamos de un problema de salud grave, los sanitarios y los especialistas de salud son quienes deben diagnosticar estos comportamientos extremos en la ingesta de alimentos. En los medios existen algunos supuestos expertos, sin una formación sólida, que opinan sobre estos temas. A veces transmiten mensajes confusos o información incompleta, es lo que se conoce como infodemia. Hay que desconfiar de estas fuentes. Ante problemas de este tipo en familares o amigos, hay que acudir a un médico especialista en nutrición. Alernativamente a un psiquiatra, psicólogo o nutricionista, que realice un disgnóstico y proponga un acompañamiento.

No hablamos de dietas más o menos sanas, sino de problemas mentales que alteran la percepción de los alimentos. Los trastornos de la conducta alimenticia que pueden tener efectos muy graves sobre la salud, llegando en algunos casos hasta la muerte. Afortunadamente existen tratamientos y ayuda médica y psicológica que puede aliviar estas enfermedades.

Uno de los organismos de referencia es la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (sus siglas en inglés son la APA). Así, un grupo de científicos se reúnen y trabajan cada tres o cuatro años en seminarios de varios días para, al final de la reunión, tomar decisiones de consenso sobre cómo abordar los desórdenes mentales. Esto incluye cómo diagnosticar y abordar los trastornos y enfermedades mentales que afectan a la conducta y comportamiento alimenticio.

Y esas decisiones que toman, casi todos psiquiatras estadounidenses, lo plasman en un manual de diagnóstico de enfermedades mentales. Ya van por la edición número 5, y esta guía se llama  el informe DSM-5.

Trastornos alimenticios - Rawpixel
Trastornos de la conducta alimenticia – Rawpixel

¿Cuál es la población más afectada por la alteración de la conducta alimentaria?

La APA decide cosas importantes sobre salud mental. Así, al igual que hay trastornos de la conducta social, trastornos por déficit conducta de atención e hiperactividad, han identificado trastornos relacionados con la conducta alimentaria y la ingesta de alimentos. Y han alertado de que son un grave problema de salud que afecta básicamente a niños y adolescentes. Siendo el público más vulnerable mujeres adolescentes y niñas.

Trastornos alimenticios en la infancia

Uno de los problemas de la exposición de los niños a los medios digitales, es que cada vez aparecen cuadros clínicos de este tipo a edades más tempranas. Una razón más para limitar y retrasar el uso de móviles, tabletas y ordenadores en los más pequeños.

En la infancia se considera como precursor de un trastorno prematuro de la conducta alimenticia y la ingesta de alimentos los siguientes comportamientos:

  • El “PICA” que es un deseo de chupar y lamer tierra, yeso, tiza o cualquier otro material no nutriente.
  • La RUMIACION que consiste en masticar y deglutir alimentos, para después devolverlos a la boca y masticarlos de nuevo, y así repetidamente.

Trastornos alimenticios en la adolescencia: la anorexia nerviosa

Existen varios grados de gravedad en la anorexia. Confluyen en todo caso, tres aspectos básicos:

  • Bajo peso, concretamente en casos de un IMC por debajo de 19. Y que está relacionado con restricciones voluntarias de la dieta diarias. En los casos en que el IMC se sitúa por debajo de 17, nos encontramos con una gravedad extrema.
  • Pese a ese bajo peso, que provoca malnutrición, el paciente sufre una necesidad imperiosa de seguir perdiendo kilos obsesivamente. De ahí el comportamiento de no comer apenas, provocarse vómitos o tomar laxantes que eliminen las ingestas rápidamente. O también haciendo un ejercicio físico desmesurado para la energía disponible
  • Existe un concepto de la imagen corporal propia distorsionado. Es típico en chicas adolescentes que se ven a sí mismas gorditas, pese a tener una delgadez extrema.

Existen otra serie de signos y síntomas comunes en estos pacientes, que nos indican signos de alarma:

  • Signos de malnutrición como piel seca, cabello frágil o caída del mismo, anemia, etc.
  • Nauseas frecuentes, molestias gástricas, y otros problemas digestivos.
  • Signos de malestar psicológico tales como tristeza, irritabilidad, etc.
  • Rehúyen las reuniones familiares y de amigos donde haya una comida de por medio.
  • Mienten en todo lo relacionado con la ingesta de alimentos.
  • A veces alternan un atracón de comer, para acto seguido meterse los dedos y vomitar, o tomar laxantes, etc.

En realidad, lo que subyace detrás de esos comportamientos es un problema psicológico. El miedo y terror a ganar peso y a la imagen social que proyectan.

Anorexia nerviosa - Unsplash Laura Chouette
Anorexia nerviosa – Unsplash Laura Chouette

La abulimia

El otro gran cuadro entre los adolescentes de TCA es la BULIMIA.

La bulimia es muy similar a la anorexia nerviosa,aunque tienen una diferencia básica:

  • En la anorexia hay un peso disminuido intenso.
  • Por el contrario en la Bulimia se parte de un peso normalizado.

En estos casos los pacientes pasan de períodos de atracones a otros en los que sientes culpabilidad y son muy restrictivos en sus dietas. Nuevamente estamos ante un problema mental que exige un disgnóstico y tratamiento de un especialista de salud.

Causas de los trastornos alimenticios

Las causas de este cuadro es multifactorial, asociándose a factores genéticos y predisponentes familiares. Y claramente a factores precursores infantiles, o a un entorno adolescente nocivo en el que se ha instaurado un prototipo de belleza y éxito: la delgadez y la juventud.

En el mundo occidental ese es el patrón recurrente de esta enfermedad: delgadez y juventud.

Los adolescente son un público extremadamente sensible a los mensajes sociales y a la influencia de los medios y las redes sociales. Están en una fase de construcción de su identidad propia, tomando como referencia a conocidos o a líderes sociales, no siempre convenientes.

Tratamiento de los trastornos de conducta alimenticia

Estos cuadros son un problema grave de salud que los padres deben de estar atentos a signos de alarma para ir a las unidades de TCA que existen en los servicios de Psiquiatría de cada hospital público.

Los tratamientos incluyen:

  • El diagnóstico y acompañamiento de un especialista de psiquiatria, en unidades ad hoc.
  • Alternan tratamiento farmacológico con un tratamiento CONDUCTUAL, que logre revertir los factores etiológicos y que cree hábitos saludables de alimentación.

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