¿Cómo explicar un divorcio a los hijos?

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¿Cómo explicar un divorcio a los hijos? - Unsplash Sandy Millar

Un divorcio es uno de los momentos más traumáticos a los que se puede enfrentar una familia. En un primer momento las emociones desagradables de un desgarro amoroso afectan a la pareja. Pero a continuación, casi simultáneamente a los hijos. De ahí la pregunta de hoy, ¿cómo explicar un divorcio a los hijos?

Es importante saber separar nuestros sentimientos de los de los pequeños. Cada persona vive de una manera diferente las distintas fases de un desamor y sufrir más o menos. Pero no hay que olvidar que los hijos son los más vulnerables. De cómo comuniquemos y vivamos esa experiencia, depende que superen rápidamente las dificultades de una ruptura familiar.

También hay que recordar que la figura de un psicólogo es enormemente útil. Con la experiencia de otros casos y el conocimiento del comportamiento humano, nos pueden ayudar a preparar esa charla y en general a superar los cambios.

¿Cuándo hay que contarlo?

No cabe duda de que explicar un divorcio a los hijos es un reto difícil y que a menudo se trata de demorar, por uno de los cónyuges o por los dos.

Cuando no se está seguro sobre las decisiones que vamos a tomar, es mejor esperar. Una conversación prematura, si luego no se materializa, les puede desestabilizar y crear inseguridades. Pero cuando los dos, o al menos, uno de los dos es firme en su decisión, hay que plantearse hablar con los hijos.

Los niños, son normalmente más inteligentes de lo que pensamos, y perciben los cambios, antes de que seamos conscientes. Lo peor es que no comprendan esos cambios y que interioricen miedos y frustraciones, sin entender lo que pasa. Es mucho mejor explicarles, que vean el escenario, y que les reafirmemos con nuestro amor por ellos.

Por eso, el momento de hablarles llega cuando:

  1. Aparecen cambios emocionales o físicos en la convivencia. Por ejemplo, cuando existen discusiones, agresividad, tristeza o cambios de las costumbres, como partidas temporales de uno de los cónyuges.
  2. Sin que aún hayan llegado de manera evidente los cambios anteriores, percibamos alteraciones en el comportamiento de los hijos. Por ejemplo, veamos que están tristes, que no quieren salir como antes, que se comportan peor en el colegio u obtienen peores resultados académicos. A veces incluso si tienen regresiones, como volver a hacerse pipi en la cama.
El divorcio y los hijos - rawpixel
El divorcio y los hijos – rawpixel

¿Cómo comunicarlo?

Comunicación no verbal

La comunicación no verbal es más importante que la verbal. Por eso, lo primero que tenemos que hacer es prepararnos nosotros mismos, estar convencidos de lo que vamos a decir. Y ser positivos, en el sentido de interpretar nuestra realidad sin victimismo, agresividad o miedo, al tiempo que tratemos de intuir las oportunidades de un cambio. Si conseguimos tener una actitud medianamente positiva con nosotros mismos, será mucho más fácil hablar con los hijos.

En cambio, si nos sentimos inseguros e incapaces para comunicarles, a la fuerza diremos cosas poco convincentes o que nuestros gestos desmentirán. Es normal que el dolor nos aflija y nos dificulte esa charla. En ese caso, hay que acudir previamente a un psicólogo que nos oriente. O un psicólogo infantil que nos de pautas sobre cómo comunicar.

Otra pauta es buscar un momento y ambiente relajado. La tarde de un sábado y después de una comida puede ser un buen momento.

Tarea de todos

Consensuar los mensajes y hablarles juntos es importante para no caer en contradicciones y evitar interpretaciones. Hablar de un tema tan delicado, es una tarea de los dos. Lo ideal y lo normal, debe ser que hablemos previamente con nuestra pareja sobre qué y cómo vamos a decirlo. Y que lo hagamos tranquilos, no es el momento de lanzarse reproches, sino de pensar en nuestros hijos.

El problema viene cuando uno de los dos miembros de la pareja no coopera. O bien se desentiende, o bien se muestra agresivo o cae en el victimismo. En este caso hay nuevamente que buscar ayuda en un psicólogo. Si la pareja es especialmente boicoteadora, quizás haya que hablarles con la ayuda de un familiar cercano, y evitar cargar de culpa al cónyuge que no colabora.

Si hay varios niños en la familia, mejor hablar con todos al mismo tiempo que por separado. Empezar por el mayor y seguir sucesivamente con el resto, mete una presión innecesario en los mayores.

Adaptación

También es importante adaptarnos a su edad y madurez mental. Por eso hay que transmitir pocos mensajes simples y claros y evitar disquisiciones de adulto, que no van a comprender. Por ejemplo, decirles “papá y mamá hemos decidido que vamos a vivir en casas diferentes… y que una semana estaréis en casa de uno y la siguiente en la del otro”. O “Papá y mamá nos hemos querido mucho, pero ahora necesitamos vivir separados”. “Os queremos y os vamos a seguir queriendo como siempre”.

Finalmente hay que saber contarles la información que les afecte y evitar la que no sea necesaria y no entiendan. Y por supuesto, no mentirles, ni exagerar expectativas sobre los beneficios de una nueva vida.

¿Qué mensajes transmitir a los hijos sobre el divorcio?

La experiencia de los psicólogos muestra que hay mensajes que pueden parecernos superfluos u obvios, pero que en realidad son muy importantes para los niños. Aquí os hacemos un recordatorio de los principales:

  • Contarles que habéis tomado la decisión de divorciaros y lo que eso significa. Si es posible usemos la analogía de algún amigo que ya haya vivido la experiencia que sepamos que su vida transcurre con normalidad. Resulta normal que los hijos desarrollen fantasías sobre la recuperación de la pareja, no debemos enfadarnos con ellos por eso. Pero debemos evitar alimentarlas, más bien al contrario, explicar que es una decisión firme y que no pensáis en una vuelta atrás.
  • Hacerles entender que ellos no tienen la culpa de lo que esté sucediendo. Es muy importante porque existe el riesgo de que se culpabilicen ellos mismos por la situación. La mente de un pequeño puede pensar que son culpables por haberse portado mal, no obedecer, ser traviesos, etc. Reconfortémoslos explicando que, al contrario, ellos han sido siempre una de las razones de que la familia haya estado unidad y que os han ayudado y estáis orgullosos de ellos. Deben entender que no hay culpables y que en todo caso las causas se relacionan con papá y mamá, pero no con ellos.
  • Transmitirles que cada uno de los dos los queréis y vais a seguir queriéndolos y ocupándoos de ellos. De la misma manera que ellos perciben que el amor de una pareja se puede acabar, pueden tener miedo que también pase con el amor que sentís por ellos. Así que hay que evitar que puedan sentir miedo a un abandono y explicarles que el de pareja y el amor filial son diferentes. Tratad de buscar algún ejemplo que ayude a comprender.  Por supuesto, no es el momento de presionarles por optar entre dos bandos. En dar la razón a papá o a mamá. Flaco favor les hacemos cuando tratamos de que tomen partido por uno. Y al contrario, les ayudamos enormemente a estar tranquilos, si les transmitimos que tienen que seguir queriendo tanto a uno como al otro progenitor porque ambos les amamos por igual.
  • Explicarles los cambios prácticos que van a tener. Incidiendo en que los dos vais a cuidar de ellos y os vais a ocupar de sus necesidades. Cuando más estables y parecidas queden sus rutinas, mejor. Entre estos mensajes podemos incluir:
    • Que van a tener dos casas diferentes, si es el caso. Y que van a participar en la decoración, en la compra de nuevos juguetes, libros y distracciones.
    • ¿Cuánto tiempo van a pasar con uno y con otro? Recordarles que siempre podrán contactar y llamar al otro cuando no estén en su casa.
    • ¿Cómo vamos a organizar las próximas vacaciones de verano?
    • Explicarles que van a seguir en la misma escuela, que van a seguir con sus actividades con sus amigos y compañeros.

Podéis terminar la charla animándoles a que os hagan preguntas, o decirles qué les preocupa. Si se emocionan, hay que abrazarles y reconfortarles. Es el inicio normal de su duelo. Ellos también necesitarán tiempo para asumir y comprender los cambios. En ocasiones habrá que ser pacientes. Otras veces parece que no reaccionan y se comportan como si no pasara nada, pero en su interior se hacen preguntas.

Por tanto, explicar un divorcio a los hijos no se debe quedar en una sola charla. Hay que ser reiterativos en los mensajes de que ambos los queréis como siempre y que eso no va a cambiar. Y animarlos a volver hablar sobre los cambios a los pocos días y durante las semanas y meses que siguen, siempre que lo necesiten.

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