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Las lágrimas artificiales, popularmente conocidas como gotas para los ojos secos, son un remedio para aliviar los ojos secos y otras molestias oculares.
Hay que distinguir las lágrimas artificiales de otras gotas con medicamentos o portadoras de principios activos. Las primeras que son bastante inocuas, se pueden adquirir sin receta, en cualquier óptica o farmacia. Su función es simplemente ayudar a la hidratación de la córnea. Las segundas solo se deben usar tras una consulta a un óptico y hay que usarlas según sus recomendaciones.
Causas de ojos secos
El ojo seco surge cuando las lágrimas no desempeñan correctamente su función lubricante. Bien porque las glándulas de meibomio no producen suficientes lágrimas para proteger la córnea y mantener los ojos húmedos, bien porque la humedad del ojo se evapora muy rápidamente.
Además, los ojos secos pueden surgir por una situación o infección puntual.
- Tras una intervención o cirugía ocular.
- Cuando se consumen algunos medicamentos. En ocasiones se asocian con el tratamiento de antihistamínicos, descongestionantes, antidepresivos y otros.
- Por una infección u enfermedad de los ojos. Por ejemplo, el lupus, el síndrome de Sjögren, a artritis reumatoide, etc.
- Debido a una inflamación de los párpados, llamada blefaritis.
Pero también a veces se producen de manera más permanente. Principalmente:
- Es el caso en las personas mayores en las que se pierde algo de funcionalidad de las glándulas de meibomio.
- Cuando estamos expuestos a un medioambiente agresivo, ya sea por contaminación aérea o por climas duros, con fuerte viento o una extrema sequedad. En estos últimos casos el ambiente externo hace qua las lágrimas se sequen muy rápidamente.
- El uso excesivo de pantallas, forzando los ojos.
- Falta de vitamina A.
¿Cuándo usar lágrimas artificiales?
Existe una serie de síntomas que son típicos de los ojos secos, que aconsejan el uso de gotas para los ojos. La más habituales son las alergias estacionales y las infecciones en ocasiones ligadas a falta de higiene en las manos.
En estos casos se puede tener estas molestias:
- Picor o escozor en los ojos. A veces con la sensación de tener una mota de arena en los ojos.
- Aparición de un prurito, con una sensación de ardor muy molesto.
- Enrojecimiento de los ojos.
- Sensación de sequedad y de irritabilidad ocular.
- Molestias al usar las lentillas que no son frecuentes en una persona.
- Visión borrosa o disminución de capacidad visual, incluyendo la fotofobia, o molestia ante la luz solar.
- Fatiga y cansancio ocular.
Es importante consulta a un óptico si los síntomas se prolongan en el tiempo. Cuando la causa de las molestias es una infección o un problema de salud ocular serio, las lágrimas artificiales pueden aliviar puntualmente pero no curan.
Lágrimas artificiales y tipos de gotas para los ojos
Existen numerosos tipos de gotas que responden a enfermedades muy concretas. Entre las más usadas están las siguientes:
- Gotas lubricantes o lágrimas artificiales. Que son las que ocupan nuestro artículo y sirven para mantener lubricados los ojos. En principio se pueden usar a demanda, siempre que aumenten las molestias.
- Lágrimas artificiales monodosis. Son las más cómodas y seguras, para evitar riesgo de que se contaminen.
- Formatos multiusos. Resultan más económicos, por ejemplo, los pequeños botes de 10 mililitros con tapones de rosca. En este caso hay que tener la precaución de lavarse bien las manos antes de usarlos, de cerrar perfectamente el tapón tras su uso y de guardar el envase en un lugar discreto.
- Gotas con antihistamínicos. Son bastante efectivas para aliviar el picor causado por las alergias. Hay que usarlas con moderación.
- Gotas con antibióticos. Solo se deben usar con prescripción médica, para estar seguros que el origen de la irritación sea bacteriano. Y para evitar el riesgo de un uso inadecuado o prolongado que limite la eficiencia de los antibióticos.
- Gotas antiinflamatorias esteroideas o no esteroideas (AINE). Las primeras con presencia de corticoides. Es posible que un especialista las recete tras una operación ocular o por una lesión.
Prevención
Terminamos con algunos consejos para cuidar la salud ocular y disminuir el riesgo de los ojos secos.
- Seguir una buena alimentación, con abundante frutas y verduras. Es la manera de asegurarse la ingesta de la vitamina A y otras, necesarias para el buen funcionamiento del órgano visual.
- Descansar Dormir al menos entre 7 y 8 horas todos los días. La falta de descanso nocturno está detrás de muchas enfermedades, incluidas las de los ojos. Si trabajamos toda la jornada con un ordenador, saber realizar pausas y descansos, incluso cerrando los ojos durante algunos segundos.
- Resguardarnos de la intemperie en los momentos más duros. En verano usar gafas de sol homologadas y no salir demasiado las horas de más calor. En invierno, evitar igualmente pasar mucho tiempo al exterior, los días de viento o de frío extremo. Por el mismo tipo, evitar apuntar a los ojos con secadores de pelo.
- Reducir o eliminar el tabaco. Estamos acostumbrados a asociar el hecho de fumar con problemas de salud respiratorios o cardiovasculares. Pero también es fácil que los grandes fumadores desarrollen molestias oculares.