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La importancia de trabajar con un buen logopeda se explica por la enorme relevancia personal que tiene poder desarrollar la comunicación con normalidad. Hablamos de trastornos que afectan desde el aprendizaje en los más pequeños, hasta los vínculos personales y las relaciones laborales de los adultos.
En el caso de los niños, veremos cómo un logopeda infantil puede ayudar a corregir ciertas dificultades. Pero tampoco hay que olvidarse de los adultos y es que el ser humano es profundamente social. Cuando la capacidad para comunicarse se merma por cualquier razón, puede provocar falta de confianza en uno mismo e inseguridades que afecten a la salud mental.
Afortunadamente los trastornos del habla y la lectura pueden ser tratados por un especialista. En el caso de que necesite un logopeda en Madrid, la clínica de la doctora Teresa Aparicio, cuenta con un equipo de profesionales con amplia experiencia en este sector.
¿Qué es la logopedia?
La Logopedia es una rama sanitaria que se dedica a investigar, prevenir, evaluar y tratar los trastornos relacionados con la comunicación oral y escrita. Sus profesionales proceden del mundo de la medicina mental, o directamente de la carrera universitaria de logopedia.
La historia de la logopedia incluye contribuciones significativas de personas como el médico alemán Emil Fröschels, quien trabajó con niños con trastornos del habla a principios del siglo XX. También, el médico estadounidense Samuel Robbins, quien a mediados del siglo XX desempeñó un papel importante en el desarrollo de la logopedia en los Estados Unidos.
El objetivo de la logopedia es mejorar la calidad de vida de las personas con dificultades y patologías tanto en el lenguaje oral como escrito. También de tipo funcional relacionadas con la voz y la audición.
Logopeda infantil
Es importante acudir a un profesional cuando se detecte un retraso en la capacidad de comunicación o comprensión de los niños. En estos casos, cuando antes se trate, menos influirá en sus relaciones personales y en la escuela. Sobre todo en sus procesos de aprendizaje y desarrollo.
Hablamos del siguiente tipo de señales:
- Menores de 1 año. Falta de expresividad y pocos sonidos para tratar de comunicarse.
- Entre 12 y 18 meses. Dificultad para expresar palabras y pedir cosas o demandar atención.
- Menos de 2 años. Ausencia de palabras como «mamá, papá» o nombres de personas conocidas.
- Entre los 2 y 3 años. Retraso en la articulación de frases.
- Hasta los 6 años. Dificultad en la comprensión y expresión cuando se comunican tanto con la familia como en el colegio.
Logopeda para adultos
Los logopedas en los adultos tienen igualmente sentido para mejorar las relaciones laborales y por supuesto, las relaciones personales. Somos seres profundamente sociales y las limitaciones en la comunicación que limitan nuestras relaciones, siempre pueden mejorar con la ayuda de un buen logopeda.
¿Qué trastornos pueden tratar los logopedas?
Los trastornos en la capacidad de hablar articulando los sonidos con normalidad son bastante más comunes de lo que pensamos. Y lejos de la realidad, no guardan relación con el nivel de capacidad intelectual y relacional de las personas.
¿Por ejemplo, qué tienen en común Jorge Luis Borges, Marilyn Monroe o Tiger Woods? Pues, aunque parezca sorprendente, los tres tuvieron que vencer una tartamudez innata para triunfar en campos tan diversos como la literatura, el cine o el deporte.
Veamos pues cuáles son las alteraciones que se pueden tratar:
- Tartamudez, o disfemia.
- Patologías en la voz que afectan al tono, intensidad u otros aspectos de los sonidos.
- Dislexia o la dificultad de decodificar algunas palabras o letras en la lectura.
