¿Qué no se debe comer cuando se tiene la tensión alta?

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Alimentos a restringir para la tensión alta - Unsplash Eiliv Aceron

La tensión alta, también conocida como hipertensión, es una condición médica en la que la presión arterial en las arterias es elevada, es decir superior a 130/80 mmHg.
La mala alimentación es una de las causas principales de que, según la Organización Mundial de la Salud, existan más mil doscientos millones de personas en todo el mundo con hipertensión.
En los casos en que se diagnostique, pero también para prevenir su aparición cuando hay factores de riesgo, es recomendable seguir una dieta para hipertensos.
Además, la hipertensión no siempre presenta síntomas, por lo que muchas personas pueden no saber que tienen hipertensión hasta que se desarrollan complicaciones de salud graves. Por eso cuando se sospeche riesgos y a partir de cierta edad, es bueno disponer de tensiómetros de brazo en casa y verificar la tensión regularmente.

Consejos para la tensión alta

Cuando se tiene la tensión alta es importante acudir a un médico que realice un diagnóstico y proponga un tratamiento para controlar esta enfermedad silente. También dará consejos para cambiar hábitos que mejoren esta situación.

Los principales hábitos para prevenir la hipertensión son seguir una dieta saludable, dormir las horas suficientes que el organismo requiera, normalmente entre 7 y media y 8 horas, hacer ejercicio regularmente, evitar el sobrepeso y la obesidad, reducir el consumo de alcohol y tabaco y controlar el estrés.
Otro consejo que te damos, controla tu tensión arterial regularmente y de ese modo aprende qué situaciones te alteran y aumentan el riesgo para tu salud.

Alimentos prohibidos para la tensión alta

Enumeramos algunos de los alimentos cotidianos que afectan de manera directa los niveles de
tensión:

  • Sal. El primer condimento a reducir sensiblemente o incluso a eliminar. La sal favorece la retención de líquidos aumentando la presión sanguínea. Pero no basta con olvidarse del salero. Una buena parte de los alimentos envasados incorporan sal. Por eso se recomienda cocinar más productos frescos y en caso de que sigamos comprando productos envasados, leer la lista de ingredientes. Recordamos algunas  categorías que hay que revisar, algunas tienen opciones sin sal o bajas en sal
    o Galletas, bollerías, pasteles, cereales para el desayuno.
    o Salsas, mayonesa, tomate frito y similares.
    o Charcutería, prácticamente toda tiene un alto contenido de sal.
    o Patatas fritas, aperitivos y cocktails de frutos secos con sal.
    o Quesos y mantequilla.
    o Sopas, purés y en general platos preparados.
    o Conservas de verduras, pescado, etc.
  • En general cualquier alimento industrial, por lo que debemos leer la información nutricional para evitar sorpresas.

 Otro problema es salir y alternar. Cuando comemos o picamos tapas es fácil que encontrarse con restaurantes y bares que abusan de la sal. Por eso hay que ser más selectivos y no dudar en preguntar por platos sin sal.
Un buen truco es sustituir el uso de sal por las especias, son bastante más sanas y dan a la comida ese punto de sabor que podemos echar de menos.

  • Bebidas alcohólicas. Influyen en la presión a través de diferentes mecanismos. Principalmente favorecen la segregación de la renina, una hormona que influye en el equilibrio de líquidos y electrolitos. También aumenta el nivel de adrenalina. Estos efectos se potencian cuando se consumen dos o tres bebidas al día. Además, hay que tener cuidado con las interacciones entre los medicamentos antihipertensivos y el alcohol.
  • Azúcar. Se sabe que el exceso de azúcar también aumenta la presión arterial. Por tanto, hay que vigilar los dulces, galletas, zumos o bollería. Pero si nos fijamos en la lista de ingredientes incluso platos preparados, salsas y productos salados añaden también azúcar a sus fórmulas. Eliminar el azúcar tendrá además un doble efecto positivo ya que reduciremos el riesgo de desarrollar una diabetes de tipo 2.
  • El café y el té. Tanto la cafeína como la teína en exceso son negativos para controlar la hipertensión. Es posible que no tengamos que eliminarlos del todo, pero si reducir la cantidad a un nivel que no afecte.
  • Las grasas saturadas. Por tanto, no hay que consumir carnes rojas, mantequilla, leche entera y otros lácteos grasos. Sí en cambio es conveniente en estos casos consumirlos desnatados, ya que tanto el calcio como la vitamina D ayudan a controlar esta enfermedad.

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