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Consumir chicles puede ser divertido y relajante. Sin embargo se debe evitar hacerlo con frecuencia, ya que pueden afectar a la salud dental, incluso cuando no contienen azúcar, a la digestión y por sus ingredientes artificiales.
Algunas marcas “ennoblecen” sus productos con alegaciones sobre la salud dental, sus efectos neutros, etc. Pero lo cierto es que son productos con una gran cantidad de ingredientes artificiales que en grandes cantidades pueden ser nocivos. Por tanto, aptos para consumo moderado, ocasiones especiales, y nada más.
Repasamos la historia de este producto y las últimas tendencias.
¿Quién inventó los chicles?
Se considera que los chicles fueron inventados por el empresario e inventor estadounidense Thomas Adams en 1871. Anteriormente había trabajado para el presidente mexicano Antonio López de Santa Anna, quien tenía la costumbre de masticar una goma natural. Esta se obtenía de la savia de algunos árboles y eran elásticas y suaves, aunque sin el sabor característico de los chicles de hoy en día.
En un primer intentó producir caucho para las ruedas de los carruajes, pero después vio que la goma se podían mezclar con azúcar y otros ingredientes para inventar los primeros chicles.
Adams fundó una empresa que llevaba su apellido y que tras unos comienzos difíciles consiguió consolidarse como un gigante del mundo de la confitería en USA.
¿De qué están hechos los chicles?
Los chicles se elaboran con gomas sintéticas, a lo sumos con mezclas de goma natural y sintética, así son más duraderas y resistentes cuando se consumen. La industria ha conseguido obtener esa textura elástica y masticable característica de los chicles.
Hace tan sólo un par de décadas, la mayoría de chicles contenían una gran cantidad de azúcar. Las enormes críticas que acabaron llegando a la industria de confitería industrial hizo que la mayoría introdujeran edulcorantes artificiales, menos contestados. Aunque tampoco son muy sanos cuando se consumen en grandes cantidades.
Algunos chicles contienen igualmente otros ingredientes artificiales como jarabes, saborizantes, colorantes y otros. Por todo ello, los chicles no pueden considerarse como un alimento saludable.
Para ilustrar con más detalle, hemos consultado la lista de ingredientes de una de las marcas de chicles más conocidas. Aunque personalicemos el análisis es perfectamente representativa de otras marcas del sector.
ORBIT de hierbabuena sin azúcar 60 unidades bote 84 g
Contiene una larga lista de edulcorantes. Sorbitol, en dosis bajas puede provocar flatulencias, diarrea y problemas intestinales. Xilitol, otro edulcorante artificial, en este caso produce menos efectos secundarios, aunque en grandes cantidades tiene efecto laxante. Aspartamo, otro edulcorante junto al manitol, que también produce diarrea y en grandes cantidades no se debe consumir por personas con problemas cardiacos. Acesulfamo k, uno de los edulcorantes más controvertidos cuando se consumen en grandes cantidades. Sucralosa, en grandes cantidades puede afectar negativamente al sistema inmunitario.
Si vemos el resto de ingredientes, seguimos con una larga lista de ingredientes artificiales. Goma base, humectante glicerina, espesante goma arábiga, aromas, emulgente lecitina de soja, agente de recubrimiento cera de carnauba, antioxidante BHA.
Los chicles y la salud dental
El consumo frecuente de chicles puede afectar negativamente la salud dental.
Al masticar un chicle, la goma se adhiere a los dientes y a la lengua, lo que puede generar la acumulación de restos de azúcares u de otros componentes y de bacterias en la boca. Esto puede aumentar el riesgo de caries dentales y otros problemas bucales.
Además, algunos chicles también contienen productos químicos y edulcorantes artificiales que pueden ser perjudiciales para la salud dental. Por lo tanto, es importante limitar el consumo de chicles y mantener una buena higiene bucal para mantener una dentadura saludable.
Además, el masticar chicles con frecuencia puede afectar la digestión, provocar flatulencias y diarrea.
La industria
Tras la crisis de la pandemia Covid-19, el mercado de golosinas se recuperó en 2021, si bien todavía se situaba por debajo de las cifras anteriores a esta crisis. Con todo hablamos de un mercado de unos 500 millones €, según datos del Observatorio Sectorial DBK de Informa.
El segmento de chicles supone alrededor del 18% del total, es decir unos 90 millones € pero es también el que presenta una caída más fuerte frente a caramelos, gominolas y otras golosinas.
Estas cifras parecen indicar una mayor concienciación de los consumidores para evitar productos poco sanos, pero reflejan también la caída de natalidad de los últimos años. Y es que los niños son desafortunadamente, los grandes consumidores de estos productos poco sanos.
Chicles adelgazantes
La industria ha desarrollado últimamente nuevas ofertas para tratar de revitalizar las ventas. De ahí surgen por ejemplo, los chicles adelgazantes, que se anuncian para reducir el peso o quemar grasas. Algunos de estos chicles contienen ingredientes activos como la hoodia, una planta sudafricana, o el CLA, un ácido graso, pero su efectividad en la pérdida de peso es incierta. No hay evidencia científica que respalde estas afirmaciones.
Es importante recordar que no existe una solución mágica para adelgazar y que la pérdida de peso saludable requiere una alimentación equilibrada y ejercicio regular.