¿Cómo aliviar el dolor de ciática?

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Aliviar el dolor de ciática - Unsplash Sasun Bughdaryan

El nervio ciático es el más largo y grande del organismo. Se ocupa del movimiento y la sensibilidad de una parte importante de la pierna y el pie. Nace en la columna vertebral, concretamente en la zona baja de la espalda, a la altura de los riñones. Cuando se le somete a presión resulta muy doloroso. Por eso nos preguntamos, ¿cómo aliviar el dolor de ciática?

Hay que recordar que el dolor en el cuerpo es una señal de alguna dolencia. Así que cuando hace aparición, es necesario que un médico especialista, normalmente un ortopedista, diagnostique e identifique la causa del problema. A partir de ahí se puede buscar un alivio, bien a través de un tratamiento, de evitar ciertos hábitos o en otros casos, con el recurso a la cirugía.

¿Quiénes son más propensos a sufrir dolor de ciática?

Se calcula que alrededor del 2% de la población sufre dolores de ciática en determinados momentos de la vida. Existe una cierta predisposición genética a sufrir dolores de espalda y también de ciática.

Los hombres y mujeres de edad media, entre 40 y 60 años, con los que presentan una mayor prevalencia a sufrir dolores relacionados con este nervio. Las personas mayores, que sufren un desgaste propio de la edad del sistema óseo también pueden desarrollarlo, pero la probabilidad es menor que en el grupo anterior.

Las mujeres embarazadas, que deben soportar un mayor peso y un cambio en el centro de gravedad corpóreo, son otro de los grupos proclives a sufrirlo. Se calcula que un tercio lo sufre aunque tras el parto se suele recuperar lentamente la normalidad.

¿Qué es el dolor de ciática?

Quien lo hay sufrido alguna vez reconocerá los molestos síntomas que la acompañan. En los peores casos, este dolor puede llegar a convertirse en crónico e impedir la realización de actividades normales, por lo que debe ser tratado por un especialista.

Se caracteriza por una molestia y dolor que nace en el glúteo y que se extiende por la pierna. A veces deriva es una sensación de debilitamiento que impide una actividad física. O un entumecimiento y hormigueo de los músculos de la pierna.

Se produce cuando aparece presión o daño en el nervio ciático, que nace de la última vértebra lumbar y la primera sacra, conocidas como L5-S1 (lumbar 5, sacro 1). Desde ahí se extiende en un largo recorrido por la parte trasera de los muslos. Permite controlar el movimiento de la parte posterior de la rodilla y de la zona inferior de la pierna. Su otra misión es la sensibilidad de la pierna y de la planta del pie.

¿Cuáles son las causas?

Las tres situaciones más comunes por las que hace su aparición son:

  • Por un pinzamiento de las vértebras o hernia de disco, que presiona al nervio ciático justo en su zona de nacimiento.
  • Otra de las situaciones en las que aparece con frecuencia es en mujeres embarazadas.
  • Puede aparecer en deportistas que levantan pesas y sufren una lesión lumbar.

Otras causas menos comunes pueden esatr relacionadas con:

  • Una lesión del hueso de la pelvis.
  • El síndrome piriforme, así llamado porque el músculo piriforme se sitúa en los glúteos. Aunque es raro, si se lesiona puede presionar el nervio ciático.
  • La presencia de ciertos tipos de tumores.
Extremidades inferiores y nervio ciático - Rawpixel
Extremidades inferiores y nervio ciático – Rawpixel

¿Cómo aliviar el dolor de ciática rápidamente?

Hay una serie de pautas a tener en cuenta para aliviar este dolor a corto y largo plazo. Lo más importante es contar con la ayuda de un especializa médico que nos realice un diagnóstico y proponga un tratamiento.

También podemos tener en cuenta los siguientes consejos:

  • Evitar coger peso como bolsas de compras o realizando tareas en el hogar. Si tenemos niños pequeños hay que ser especialmente cuidadoso para evitar agarrarlos de manera involuntaria.
  • Evitar agacharse para recoger algo del suelo.
  • Debemos reducir el nivel de actividad física, pero evitando al mismo tiempo un reposo absoluto, que debilita la musculatura, salvo en los casos más dolorosos e incapacitantes.
  • Realizar estiramientos de la zona lumbar con la ayuda de un profesional.
  • Usar mantas térmicas y bolsa de agua caliente, combinadas con bolsas de hielo. para relajar la zona lumbar.
  • Acudir a sesiones de fisioterapia.

Ciática y ejercicio físico

Después de unas tres semanas del episodio, si el dolor remite, podemos recuperar la actividad física de manera paulatina. Evidentemente si el dolor reviene, hay que ser precavido y parar la actividad.

  • La natación en su versión de espaldas, es uno de los mejores deportes que podemos adoptar. Por un lado, el movimiento no fuerza la presión sobre las lumbares, como si pueden hacer el estilo de braza. También evitamos los aleteos de piernas que pueden molestar y fuerza el estilo libre.
  • Caminar distancias poco a poco más largas, es el otro gran ejercicio para recuperar fuerza en la espalda.
  • Por el contrario, correr y levantar pesos están completamente desaconsejados.
  • Si optamos por la bicicleta, hay que tener cuidado con la posición del sillín y manillar para que estemos cómodos. Asimismo, se debe evitar rodar por el campo o por terrenos de baches y elegir carreteras o pistas lisas que eviten vibraciones.
  • En cuanto a los estiramientos deben estar guiados por un especialista en educación física o un fisioterapeuta. Se debe evitar actuar sobre los isquiotibiales.

La ciática en las mujeres embarazadas

Un caso particular, por el gran número de mujeres afectadas, es la aparición de este dolor durante el embarazo. Se calcula que alrededor de un tercio lo sufrirá, especialmente en los últimos meses de gestación.

Hay tres factores que explican esto:

  • El aumento de peso.
  • La traslación del centro de gravedad hacia adelante que implica un esfuerzo en los riñones para mantener el equilibrio.
  • El crecimiento del útero, que presiona los tejidos de su alrededor para abrirse hueco. Esa presión afecta a músculos, ligamentos, articulaciones y huesos.

Existe el inconveniente adicional de que no pueden consumir una buena parte de los fármacos habituales frente al dolor.

Pautas

Por un lado, tenemos las que ya hemos visto y que podemos recuperar: evitar reposo y caminar todos los días.  No coger peso, en caso necesario hay que doblar la rodilla y ejercer el esfuerzo de la flexión con las piernas mientras mantenemos la espalda recta.

Por otro podemos poner atención en:

  • Corregir de manera consciente la postura cuando caminamos o nos sentamos, tratando de mantener la espalda relativamente erguida.
  • Evitar permanecer demasiado tiempo de pie. Tanto por el riesgo de ciática como por la aparición potencial de varice. ENLACE
  • Sentarnos con un pequeño cojín sobre el que apoyar la espalda, especialmente en sillas rígidas.
  • Olvidarse de los zapatos de tacones hasta pasados unos meses del parto.
  • Dormir en colchones duros o semiduros que sean amplios y cómodos. Nuevamente un cojín puede ser un buen aliado para buscar posturas cómodas. Por ejemplo, colocado entre las dos piernas.

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