Pechuga de pavo ¿sana?

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Pechuga de pavo - Miguel Romero cocina para su hija Berta

Repasamos hoy la pechuga de pavo envasada, una de las carnes más populares en España y otros países europeos, por su bajo contenido graso y calórico. Las grandes empresas cárnicas han aprovechado la buena fama de la carne de pavo para promocionar sus embutidos de varios tipos, siendo la estrella las lonchas de pechuga de pavo.

No cabe duda de que es un producto práctico y rico en proteínas. Se puede conservar en la nevera y comerse directamente sin tener que cocerlo. Por ejemplo en un sándwich o como acompañamiento de una ensalada.

¿Pero es tan sano como la carne fresca de pavo? ¿Son rigurosos los mensajes publicitarios que nos llegan?  Veremos un análisis nutricional que pone en duda algunas ideas.

Pechuga de pavo y marketing

Lo primero que llama la atención en los envases de pechuga de pavo son mensaje del tipo: “sin gluten”, “sin lactosa” o “sin potenciador de sabor”. Ay, estos mensajes recuerdan a la patita del lobo que se asoma por la puerta. ¿Por qué?

Ninguna carne fresca tiene gluten, ni lactosa, que además son nutrientes sanos para quien no es intolerante. Así que es un mensaje innecesario si hablamos de carne natural. Lo que se pretende es aumentar la percepción de producto sano de una manera un tanto sibilina.

Y respecto a las alegaciones de “sin potenciador de sabor” o similares, reflejan el famoso dicho: dime de qué presumes y te diré de qué careces. Y es que como ahora veremos, se trata de productos que entran de lleno en la clasificación de alimentos ultraprocesados por su gran cantidad de aditivos, incluyendo sal, azúcar (en ocasiones), conservantes, etc.

Pechuga de pavo El Pozo

El Pozo no indica en su web la lista de ingredientes de sus embutidos, si señala en cambio la tabla nutricional. Así que hemos acudido a un supermercado y verificado esa lista. Nos hemos fijado como ejemplo en la variedad “Bajo en grasa en lonchas sin gluten” en envase de 225 gramos. Si escogiéramos otra variedad nos encontraremos con una lista muy similar.

Veamos por partes:

  • Pechuga de pavo. Es el primer ingrediente del producto, la parte noble, pero podemos comprobar una primera decepción, ¡tan sólo el 60% del producto es pechuga de pavo! Esto rebaja casi a la mitad el contenido nutricional que aporta este tipo de carne.
  • Agua, es el segundo ingrediente con mayor presencia. La carne de pavo tiene de manera natural un alto contenido en agua, alrededor del 75%. No siendo suficiente el fabricante le añade más, sin indicar la cantidad. Podemos deducirlo restando del peso total el 60% de carne, el 1,8% de sal y el poco peso adicional que supongan el resto de ingredientes. Cabe pensar que más del 30% o 35% del producto es pues, agua añadida.
  • Sal, 1,8 gramos por 100 de producto. En promedio, esto es equivalente a 0,6 gramos por un par de lonchas. La OMS y otros organismos de salud no paran de alertar del exceso de consumo de sal en occidente. Se recomienda no sobrepasar 5 gramos, diarios por adulto. Por tanto, como sucede con los embutidos en general, hay que tener cuidado con la cantidad de sal que añadimos a nuestra dieta habitual.
  • Proteína de Soja. No se acaba de entender su presencia, salvo para acercarse al nivel de proteínas del pavo natural. Dado que como hemos visto, solo estamos tomando un 60% de carne de pavo en este producto.
  • Aroma. No se especifica el tipo, en todo caso un nuevo que resta naturalidad.
  • Estabilizantes: E-451, E-407, E-420. Ninguno es recomendable, siendo el más delicado el E407, que de hecho no se recomienda para niños ni mujeres embarazadas.
  • Antioxidantes: E-316 y E-331. Son aditivos menos controvertidos que los anteriores.
  • Conservador: E-250 o nitrito sódico. De nuevo un aditivo controvertido y poco sano.
  • Trazas de leche. Se nos recuerda este pequeño riesgo, que no tiene importancia salvo para personas con una alergia muy grave a la proteína de la leche. Los intolerantes a la lactosa pueden quedarse tranquilos en este sentido.
Pechuga de pavo El Pozo
Pechuga de pavo El Pozo

Información nutricional

El listado nutricional nos señala algunas propiedades nutricionales del producto que queremos destacar.

  • Calorías 69,8 por 100 gramos. Realmente una cantidad muy baja frente a otro tipo de embutidos más grasos.
  • 14,5 gramos de proteínas por 100 de producto. La carne de pavo fresca contiene en promedio 21 o 22 gramos de proteínas de alto valor biológico, por su contenido en aminoácidos esenciales. Como solo el 60% de este embutido proviene de carne de pavo, se obtienen unos 12,5 gramos. Estos se complementan como antes hemos visto con proteína de soja para no quedarse demasiado cortos y así llegamos a los 14,5.
  • Grasas 1 gramos, de los que tan solo 0,3 gr de ácidos grasos son saturados. Por tanto un indicador favorable para quienes necesiten reducir el consumo de grasa.

Pechuga de pavo Mercadona

Cabe preguntarse si vamos a ver una mejora sustancial en el caso de Mercadona. La conclusión desafortunadamente es que no. Estamos ante un producto similar en el que el contenido de carne de pavo aumenta ligeramente hasta el 65%.

Pero de nuevo nos encontramos con aditivos muy similares a los anteriores.

Conclusiones

La pechuga de pavo tiene una buena imagen gracias a las campañas de publicidad y a la merecida buena imagen de la carne de pavo. Pero cuando la tomamos en forma de embutido, ya sea en lonchas o en piezas, es un alimento ultraprocesados y no natural. Tiene la ventaja respecto a otros embutidos de tener un bajo contenido en grasa y en calorías. Pero es muy inferior a la calidad de la carne fresca de pavo que podemos adquirir en una carnicería.

Se trata de un tipo de alimento que se puede consumir puntualmente por su practicidad pero que no conviene comer frecuentemente.

Luis del Real

Hola, soy Luis del Real, y he creado Saludteca junto a un grupo de expertos del mundo de la Salud y la Alimentación. Durante 30 años he trabajado en la industria agroalimentaria y soy un experto en tendencias de consumidor

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