Acetilcisteína y el exceso de mocos

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Acetilcisteína y el exceso de mocos - Rawpixel

La acetilcisteína es un medicamento que se consume ante el exceso de mocos que suele producir en los meses de invierno. En este periodo es cuando surgen con más frecuencia infecciones en las vías respiratorias molestas, con acompañamiento de fuerte mucosidad y tos.

Los mocos son en realidad una protección natural del organismo. Sin embargo, pueden ser muy molestos, sobre todo cuando la congestión nos impide descansar bien. Es en estos casos que un mucolítico puede ayudarnos a sentirnos mejor.

Es importante saber que no cura la enfermedad, sino que alivia sus síntomas. Además, se vende con receta médica, así que cuando tengamos síntomas de fiebre, tos y mocos que no remitan en uno o dos días, conviene visitar un médico. Veremos que, si nos lo receta, en ese caso normalmente limitará el consumo a menos de una semana, para reducir riesgos de efectos secundarios.

¿Qué es la acetilcisteína?

Es un principio activo que se usa por diferentes marcas de medicamentos, como Bexal, Cinfa, Sandoz, Tarbis, etc. Fue desarrollado por la industria farmacéutica hace varias décadas y su uso está muy extendido internacionalmente.

La acetilcisteína es una forma sintética del aminoácido cisteína, que es un aminoácido, es decir, uno de los sub-componentes o “ladrillos” que forman las proteínas. La cisteína es una sustancia importante de muchos tejidos y órganos, incluyendo la piel, el cabello y las uñas.

¿Para qué sirve?

Pertenece a un grupo de medicamentos denominados mucolíticos, que actúan disminuyendo la viscosidad del moco, haciéndolo más fluido y facilitando así su eliminación. Se cree que esto se debe a su capacidad para romper los enlaces químicos disulfuro, que se encuentran en la estructura de la mucosidad. Esto hace que la mucosidad sea más líquida y fácil de expectorar.

Se utiliza comúnmente para tratar la congestión nasal y la mucosidad excesiva en las vías respiratorias superiores, incluyendo la nariz, la garganta y los bronquios. Debemos recordar que no se debe tomar al mismo tiempo que un jarabe para la tos, para reducir también este otro síntoma de las infecciones respiratorias.

¿Por qué se produce la mucosidad?

Hay que saber que la mucosidad, aunque molesta, no en sí mala. En realidad, se segrega como una respuesta natural del organismo para proteger y lubricar superficies internas, tales como las vías respiratorias y digestivas. Esa protección se produce al actuar como una barrera física contra sustancias irritantes o nocivas, como bacterias, virus, polvo y otras partículas.

En cuanto a la lubricación y el hecho de humectar las superficies, permite reducir la fricción y prevenir la irritación y el daño. Además, la mucosidad contiene anticuerpos y enzimas que ayudan a combatir infecciones. Por tanto, nos ayuda a defendernos antes infecciones como la gripe y los resfriados, pero también puede ser una respuesta a irritaciones o alergias.

La cantidad y consistencia de la mucosidad puede cambiar dependiendo de diversos factores, como la hidratación, la edad y la salud general.

Acetilcisteína Cinfa 600 mg comprimidos efervescentes
Acetilcisteína Cinfa 600 mg comprimidos efervescentes

Acetilcisteína 600 mg

Existen diferentes medicamentos con diferentes grados de concentración de acetilcisteína. Lo más habitual son los comprimidos y las bolsitas en polvo que contienen 200 mg o 600 mg por toma. Por ello es importante leer el prospecto informativo del medicamento e informarse sobre el consumo y los posibles efectos secundarios.

Nosotros hemos escogido un comprimido con 600 mg, que es de los más habituales, para profundizar. En concreto nos fijamos en el prospecto de Acetilcisteína Cinfa 600 mg comprimidos efervescentes EFG.

El envase es un tubo con un tapón de cierre que contiene 20 comprimidos efervescentes blancos, cilíndricos y planos. Se puede conservar a temperatura ambiente siempre que no supere los 30C. Como todos los fármacos se deben guardar fuera del alcance y vista de los niños.

¿Cómo tomar Acetilcisteína 600 mg?

Al ser efervescente, hay que dejarlo disolver en un vaso de agua, esperando a que se acabe de diluir antes de beberlo. En ocasiones podemos notar un olor que recuerda a los huevos podridos, aunque no sea agradable podemos estar tranquilos, es consecuencia del pequeño contenido de azufre que incorpora.

Mientras se toma es conveniente beber bastante líquido, ya que facilita la fluidez y expulsión de la mucosidad. Los primeros días tendremos la sensación de que la mucosidad aumenta, pero luego tenderá a desaparecer.

Como máximo se debe tomar un comprimido diario, o menos, si lo recomienda el prescriptor.

¿Quién puedo tomarlo?

Se puede tomar cuando se receta por un médico, no por decisión propia.

En cualquier caso no se debe tomar por niños, especialmente los menores de dos años, ni adolescentes, para los que existe una alternativa más pertinente. Otro grupo que por supuesto debe evitarlo son los intolerantes a esta sustancia. Una mención especial al contenido de sodio, que equivale al 10% de la sal máxima a tomar diariamente por comprimido.

Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia deben prevenir al médico para que valore el tratamiento a seguir.

Deben tener especial precaución y consultar al médico quienes padezcan asma o alguna enfermedad respiratoria grave. Igualmente los caso de pacientes úlcera péptica o antecedentes de la misma.

Existen interacciones con otros medicamentos, así que hay que informar al médico de cualquier tratamiento que estemos siguiendo al mismo tiempo.

Efectos adversos

El prospecto nos avisa de los efectos no deseados que puede tener el tratamiento. Conviene leerlos por si hay que parar la toma. Enumeramos aquí simplemente los más frecuentes:

  • Dolor de cabeza.
  • Hipersensibilidad y zumbido de oídos.
  • Taquicardias,
  • Trastornos digestivos como vómitos, diarrea, estomatitis, dolor abdominal, náuseas.
  • Reacciones en la piel como urticaria, erupción cutánea, angioedema o prurito.
  • Aumento de la temperatura corporal.
  • Hipotensión.

Luis del Real

Hola, soy Luis del Real, y he creado Saludteca junto a un grupo de expertos del mundo de la Salud y la Alimentación. Durante 30 años he trabajado en la industria agroalimentaria y soy un experto en tendencias de consumidor

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