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El abadejo es un pescado blanco de los menos grasos. Se encuentra en las pescaderías casi todo el año y es fácil confundirlo con el bacalao. Ambos forman parte de la familia de los gádidos, junto a otras especies como el merlán o la faneca.
Aunque no es de los pescados más apreciados por las sibaritas, es sano y de sabor suave. Con una carne blanca prácticamente sin espinas, que resulta agradable, por lo que es una buena opción para los niños.
Abadejo recetas
A la hora de cocinarlo, lo primero que hay que tener en cuenta es que cuando se compra fresco hay que cocinarlo rápidamente. Y es que su calidad se deteriora rápidamente.
También es habitual encontrarlo en filetes congelados o incluso desecado en salazón.
Abadejo al horno
Una buena idea para una comida familiar. Práctico si usamos unos filetes congelados.
Ingredientes para cuatro personas
- 4 filetes congelados de abadejos.
- Un par de patatas.
- Media cebolla.
- Un pimiento verde.
- Una zanahoria.
- Una zanahoria.
- Un par de vasos de caldo pescado.
- Aceite de oliva.
- Perejil.
- Medio limón.
Elaboración
- Comenzamos troceando la verdura, Las patatas en rodajas. Los pimientos y zanahorias en tiras alargadas. La cebolla en rodajitas de media luna. Los colocamos homogéneamente en una bandeja de horno. Las patatas abajo como base encima el resto. Añadimos un chorro de aceite de oliva. Calentamos el horno a 180C y colocamos la bandeja a media altura. Como la verdura tarda más en cocinarse que el pescado, lo dejamos quince minutos.
- Sacamos con unos guantes de cocina la bandeja. Añadimos el caldo de pescado y colocamos los cuatro filetes, previamente descongelados. Añadimos otro poquito de aceite de oliva encima del pescado. Lo dejamos hornear otra vez a 180C durante otros 10 minutos. Apagamos el horno, pero no lo abrimos y con el calor residual dejamos la bandeja otros 5 minutos.
- ¡Ya estamos listos! Recuperamos la bandeja, echamos un buen chorreón de limón y el perejil picado.
Rebozado
Una de las preparaciones sencillas y aptadas para los más pequeños, es rebozarlo en harina y huevo. En este caso de puede preparar en filetes que freiremos en aceite caliente en pocos minutos.
Como es un poco insípido, podemos darle un poco más de sabor añadiendo un chorreón de limón exprimido.
Abadejo a la plancha
Es otra de las opciones más simples. En este caso es ideal para una cena ligera, acompañado de una ensalada.
A la gallega
Sirve para preparar la célebre caldeirada gallega. Un guiso de pescado con patatas, guisante, tomate y un sofrito final de ajo.
Abadejo, ¿qué es?
Se reconoce por sus colores grisáceos con tonalidades entre azuladas y verduzcas metálicas. Se parece al bacalao, del que se distingue por una especie de línea fina oscura que recorre el largo de sus laterales. Otra diferencia es que apenas tiene escamas y el vientre es más claro. Y por último, carece de barbillón, el pequeño apéndice que el bacalao tiene debajo de la boca.
La talla mínima con que podemos encontrarlo en las pescaderías es de unos 30 centímetros. Aunque lo normal es ver especies de unos 70 centímetros y unos 5 kilos de peso. Y en ocasiones de más un metro y hasta 11 kilos.
Se faena en el Atlántico norte, desde el Atlántico Norte hasta el Golfo de Vizcaya y las costas gallegas. También se encuentran ejemplares más pequeños en el golfo de Cádiz.
Abadejo de Alaska
Es de la misma familia que el abadejo común, pero pertenecen a géneros distintos.
Se pesca en grandes cantidades en el mar de Bering, en el Pacífico Norte, y su carne se utiliza para mezclar con otros ingredientes y elaborar los palitos de cangrejo. También es muy usado por la industria alimentaria estadounidense. Y en el otro lado de la costa, en la cocina rusa, japonesa y coreana.
No lo veremos fresco en las pescaderías españolas y europeas. Pero sí es posible que lo encontremos congelado o como ingrediente de filetes de pescado en restaurantes de comida rápida norteamericana.
Propiedades nutricionales
Comparado con otros pescados, es de los que menos grasa contiene, algo menos de un gramo por 100 de porción comestible. Por ello es muy poco calórico, unas 77 calorías.
Como ejemplo, esto supone unas tres veces menos de grasa que el bacalao, que sigue siendo un pescado blanco. Aunque los pescados más grasos aportan mayor contenido de grasas saludables, el abadejo contiene ácidos grasos monoinsaturados y polinsaturados, así como omega 3.
Como otros pescados es rico en proteínas, que además son de alto valor biológico.
Aporta vitaminas del grupo B, incluyendo ácido fólico. Respecto a sus minerales destaca el potasio, pero también el fósforo, magnesio o yodo.
