Café torrefacto, una mala opción

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Café torrefacto - Unsplash Ante Samarzija

El café torrefacto es una variedad de peor calidad frente al café de tostado natural. Aunque en la mayoría de países europeos, sobre todo en Italia se cuida el café, la version torrefacta es predominante en España y Portugal.

Es una pena que en un país con tan buena materia prima para cocinar y con una excelente cocina regional, sigamos con la costumbre de postguerra de consumir café torrefacto. Recuerda un poco a la costumbre del pan congelado y recalentado, hecho a partir de harinas blancas refinadas de mala calidad. Una mala práctica que las grandes cadenas de distribución incluyendo Mercadona han generalizado. Y lo peor es que lo copian para abaratar el proceso, muchas “panaderías” que no amasan su propio pan.

¿Qué es el café torrefacto?

Podemos decir que el café torrefacto es una invención de cultura hispánica. Se atribuye a los mineros de Cuba de finales del siglo XIX la invención de este proceso. ¿Qué hicieron? Probablemente buscando un uso nuevo del azúcar, materia prima tan presente en la isla, descubrieron que cuando se añadía al café en la fase final de tostado, se conservaba mejor.

Este proceso fue afinado por el industrial español José Gómez Tejedor, fundador de la marca La Estrella. Nuestro protagonista tras viajar por América a principios del siglo XX, adaptó la maquinaria de tostado, para que se pudiera añadir una fina capa de azúcar al café. De este modo, además de alargar la conservación, se alteraba el sabor, haciéndolo más fuerte, algo amargo y menos suave que el café natural. 

Pero el momento en que se generalizó su consumo en España fue tras la guerra civil. En los años de la escasez era más barato de producir que el café natural y las personas con ciertos recursos optaron por esta alternativa. Para los demás fueron los años de la achicoria, que era un sucedáneo de café aun más económico. Si bien esta última dejó de consumirse cuando la economía mejoró.

Diferencia entre café torrefacto y café natural

La diferencia entre el café natural y el café torrefacto nace de su proceso de producción. El café natural se consigue simplemente a partir del grano de café recolectado, secado al sol y posteriormente molido. Suele ser más caro que el café torrefacto debido a que requiere cuidados especiales y tiene una caducidad menor.

El café torrefacto, por otro lado, se somete a un proceso adicional antes de ser tostado. Se trata de la quema de la cáscara del grano de café con el objetivo de darle un sabor más intenso y un ligero toque ahumado.

Al final, el café natural tiene un sabor más delicado y afrutado, los catadores le encuentran notas de chocolate y cítricos, frente al café torrefacto que tiene un sabor menos delicado, más fuerte y robusto.

¿Cómo es nutricionalmente?

En términos nutricionales, ambos tipos de café tienen similares contenidos de proteínas y carbohidratos. Sus grasas son mínimas. Sin embargo, el café torrefacto puede tener un ligero aumento en los niveles de cafeína debido al proceso de torrefacción que se utiliza para producirlo.

En cuanto al nivel de azúcar, el café torrefacto es ligeramente superior. Aunque no hay que preocuparse ya que ambos tienen un contenido bajo de manera natural, ya que el grano de café no contiene azúcar. Otra cosa diferente es logicamente, que al prepararse se le añada una excesiva cantidad de azúcar.

En cuanto a vitaminas y minerales, el café natural y el torrefacto son bajos en estos nutrientes, pero el café natural contiene una pequeña cantidad de vitaminas B y un poco de minerales como el calcio, magnesio y potasio.

Además, algunos estudios sugieren que el café torrefacto puede contener compuestos tóxicos como dióxido de azufre y ácido acético debido al proceso de torrefacción, aunque esto todavía está siendo investigado. Sin embargo, ambos tipos de café son básicamente bajos en calorías y no tienen colesterol ni grasas saturadas.

 

Luis del Real

Hola, soy Luis del Real, y he creado Saludteca junto a un grupo de expertos del mundo de la Salud y la Alimentación. Durante 30 años he trabajado en la industria agroalimentaria y soy un experto en tendencias de consumidor

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